martes, 28 de abril de 2009

Décima parada: un poco de mi.

Aún me enfado cuando me pica un bicho en un lugar donde no alcanzó muy bien a rascarme. Sigo sonriendo tímidamente cuando alguien dice algo bueno sobre mí. Siento envidia sana cuando mi madre y mi hermana hacen cosas juntas sin mí. Aún siento miedo cuando hay demasiada oscuridad por la noche. Todavía lloro cuando las cosas no salen bien o van mal. Sigo haciendo el vago aunque tenga millones de cosas que hacer. Incluso pierdo los nervios cuando alguien se porta mal con alguien a quien quiero. No puedo dejar de sentir ternura cuando Claudia sonríe. A veces sigo mordiéndome las uñas cuando una esquinita se rompe. Siguen saliendo calenturas en mis labios de vez en cuando. Cada vez que me acuesto digo: "hasta mañana". Discuto con mi hermana porque somos idénticas. Me engancho a programas basura. Sigo odiando el desorden. Me gusta mi pelo. Algún que otro día me he inventado una canción como cuando era una canija. Me enfado y desenfado en cuestión de segundos. Lavo mis dientes tres veces al día. Todas las noches me preparo el desayuno y la ropa del día siguiente, además tomo un vaso de leche antes de acostarme. Sonrío sin motivo alguno. No me gusta que me hagan regalos, en cambio me encanta que me sorprendan. Tengo conjuntivitis. Aún sueño con hacer algo importante.
Disfruto cada segundo.
Sí sigo siendo la misma, pero también cada día soy una distinta.

Sonrío sin motivo alguno.
Sonrío.

lunes, 13 de abril de 2009

Novena parada: amaneciendo.

Lo bueno de viajar cada día en tren es que todos los días veo amanecer.


Y no hay cosa más bonita.


Sonrían.

sábado, 11 de abril de 2009

Octaba parada: desesperación.

Cómo se puede expresar sin sentir. Pensar que lo que vas a decir no tiene un fondo. Soñar que tocarás corazones cuando sabes que ni si quiera a tocado el tuyo. No sé qué contestar. No lo se.
¿Me he quedado vacía?
Pues aún sigo sin entender como una persona puede decir palabras tan llenas, tan vivas cuando es una persona con un interior malvado, oscuro. Bueno, quizás estoy siendo algo extremista. Pero es que me duele que alguien dirija hacia mi palabras, más que palabras sentimientos, y luego en realidad todo sea una fachada.
Ya no sé ni qué pensar, creo que el error está en mi. En mi manera de recibir las cosas, en mi manera de interpretar. Quizás me involucro demasiado en inversiones sin garantías. Amigas, chicos, compañeros, familia. Creo demasiado en sentir. Y olvido el pensar. ¿Creo demasiado en sentir y olvido el pensar?

¿Afirmo? Pregunto.

Vivo.
¿Vivo?

jueves, 9 de abril de 2009

Séptima parada.

Siempre trataron de que aprendiera mediante trucos:
Abeja vs oveja. La pequeña se escribe con la grande y la grande con la pequeña.

Buenos trucos. ¿Alguien tiene alguno para vivir sin ninguna preocupación? ¿Para saber pedir perdón y perdonar? ¿Para tomar siempre la mejor decisión? ¿Para no prejuzgar? ¿Para reir cuando no hay motivos para hacerlo?
Eso jamás te lo enseñan en el colegio...

Sonrían.

martes, 7 de abril de 2009

Sexta parada: Lo sé.

Un día más. Aquí sentada. Mirando esta pantalla tan llena y a la vez tan vacía. Llena de ideas, vacía de sentimientos. Música de fondo. No me dice nada, mi mente no sabe escucharla. Es un sonido más.
Mis días se van haciendo cada vez más rutinarios. No son malos, nada más lejos de la realidad, sólo que ya no hay nada especial en ellos, especial como sinónimo de diferente. Es un camino largo, con dos paredes, una a cada lado. Y al final, ¿qué habrá? Posiblemente nada. No veo que esto sea negativo, lo tomo como una "racha" más que hay que pasar, una época, que complementa a las otras. Quizás como diría mi profesor de auto escuela estoy en la fase tres: "El alumno se siente estancado, nota que no avanza o que el avance es mínimo. El profesor deberá calmarle y decirle que esto es normal. Que es un paso más en el proceso de aprendizaje." (A mi él jamás me explicó esto). Supongo que pronto llegará la fase 4: "Los automatismos" (No recuerdo bien lo que decía el manual sobre ella, pero yo la describía con una simple frase "todo va sobre ruedas").

Y es que ahora poca cosas tienen sentido. Siento que vivo en un camino largo pero cortado al final. Sólo andas, andas y andas, deprisa, a veces, más lenta, otras. Pero nada te espera al final. Mis días son todos iguales. No son tristes, no tienen nada de malo, suelo sonreír, pero nada varía. Es frustrante.


He decidido coleccionar miradas. Ya tengo la de la chica joven perfectamente arreglada, sonriente, tímida, que viaja a su trabajo, muy probablemente, donde quizás le espere, en la mesa de al lado, un chico inteligente y bastante atractivo al que desea besar. Poseo la del señor que lee el periódico, que no observa las paradas, que sólo piensa en llegar a casa, poner la televisión y corroborar que lo que ha leído es cierto, comentarlo con su esposa y seguir su día. Una especial es la de ese niño que se sube todos los días en mi autobús cargado con una mochila enorme, posiblemente no haya comido aún y ya es tarde. El camarero de la cafetería al que cada día pido lo mismo, pero aun así jamás lo recuerda hasta que lo digo y entonces sonríe torpemente. Me gustaría saber que alguien se ha fijado hoy en mi mirada, pérdida, bonita, insistente.


Quizás mi camino esté truncado ahora, lleve una vida sencilla y no tenga grandes sobresaltos. Es cierto que sólo yo soy responsable de que así sea. Debería pararme y decir: "Hoy será un gran día", y seguramente así sería, porque creo que solo yo puedo hacer que así sea. Voy a encontrar eso, ese punto que dará una razón válida a mis días para que busquen lo especial de cada segundo, especial como sinónimo de diferente, aquello que hará que cada uno de ellos, sea mejor o peor que el anterior. Pero nunca serán rutina. Sé que llegará el momento en el que encuentre un porqué, lo sé.

domingo, 5 de abril de 2009

Quinta parada: Si yo fuera un chico.

Si fuera un chico, lo primero que me preocuparía sería cuidar de los pequeños detalles. Pienso que todas las cosas que nos rodean están basadas en pequeñas cosas que a simple vista carecen de importancia pero que en realidad son fundamentales para el funcionamiento de lo que creemos tan importante. Me dedicaría a observar, a ser sensible a pequeños movimientos. Trataría de interesarme por cosas que parecen efimeras. Me haría especialista de las cosas olvidadas.
Me preocuparía de la gente de mi alrededor. Prestaría atención a las sonrisas, pero también a esas caras que esconden tristezas. Intentaría formarme culturalmente para ser más consciente de las cosas que me rodean, de los problemas y de las soluciones.
Buscaría formas de sentirme agusto conmigo mismo para poder gustar después al resto.
Me quedaría con miradas y palabras que guardan significados.
Me sentería solo entre mucha gente cuando tuviera problemas. Conseguiría no borrar ni una sonrisa de la cara por motivos que no lo merecen. Cuidaría de mis cosas, y más aún de los asuntos de los demás. Tendría delicadeza con las cosas insignificantes , sobre todo, con las de aspecto robusto (porque estás a veces resultan ser las más frágiles).

En definitiva, si fuera un chico probaría a ser, al menos algo parecido de lo que soy siendo chica.

sábado, 4 de abril de 2009

Cuarta parada: insomnio.

Muchos no sabréis que existen tres tipos de insomnio. Pues sí. Uno cuando te despiertas varias veces durante la noche (insomnio intermedio), otro cuando te despiertas por la mañana antes de lo planeado (insomnio terminal) y un último, el que me afecta a mi, simple y llanamente dificultad para conciliar el sueño al acostarse, o técnicamente insomnio inicial el más común.

Además de ser el más común, en mi opinión es también el más asfixiante. Que te despiertes temprano por la mañana, pues tiene algo positivo: tienes más día por delante. El despertarse durante la noche varias veces, será molesto pero algo duermes. Pero es que yo, yo he llegado a estar tres días sin dormir NADA.


Me levanto cada día a las 5.50 de la mañana. Buena hora. Es pronto, lo sé. Pero si has dormido las horas necesarias no está tan mal. El caso es que yo no duermo. Termino de estudiar, o simplemente estoy "haciendo que veo la tele" y estoy muerta de sueño. Los ojos se me cierran poquito a poquito y pienso para mi: "Genial, hoy duermo". Nada más lejos de la realidad. Me meto en la cama, sin antes tomarme un buen vaso de leche, y me cubro con el edredón hasta un poco más arriba del cuello. Y entonces, en ese momento en el que tendría que quedarme como usualmente se dice "frita", lo que me ocurre es todo lo contrario. Y así mirando al blanco techo de lo que se puede considerar mi habitación o habitáculo donde duermo (no le tengo mucho cariño, ya contaré porqué) veo pasar una hora, y otra y otra... hasta que de repente, mi despertador suena y tengo que levantarme sin haber dormido ni tan si quiera media hora.

La gente de mi clase, que me ve llegar con una cara imposible de definir al estar muerta de sueño tras viajar una hora y media hasta la universidad sin haber dormido nada, me da consejos del tipo "ve al médico", "toma valeriana" y yo que soy reacia a todo eso les digo: "sí, debería hacerlo". Lo que pasa es que yo creo que el problema de mi insomnio lo curaría mejor un psicólogo, creo que no duermo porque pienso demasiado. Soy una miedica, y cuando me acuesto empiezo a dar vueltas a todo y se me hace imposible conciliar el sueño.

Ojala no os ocurra nunca. Ni una sola noche. Os puedo asegurar que se me han quitado hasta las ganas de comer por culpa de esto. Y ahora, a las 6.29 de la mañana (eso sí hoy es sábado) me despido, para dormir, después de una semana de bastantes altibajos en lo que a mi sueño se refiere.

Sonrisas varias.
Hasta el próximo destino.

jueves, 2 de abril de 2009

Tercera parada.

"A los mayores les gustan las cifras. Cuando se les habla de un nuevo amigo, jamás preguntan sobre lo esencial del mismo. Nunca se les ocurre preguntar: ¿qué tono tiene su voz? ¿qué juegos prefiere? ¿le gusta coleccionar mariposas?, pero en cambio preguntan: ¿qué edad tiene? ¿cuántos hermanos? ¿cuánto pesa? ¿cuánto gana su padre?. . . Solamente con estos detalles creen conocerle."
Grande, Antoine De Saint Exupery.

Sonrisas para ti.
(Próximo destino: mi insomnio incurable.)

miércoles, 1 de abril de 2009

Segunda parada.



Bueno, la primera entrada era un poco para expresar qué me movió a hacer esta locura de crear mi propio blog. Esta quiero dedicarla a explicar en qué va a consistir.
Desde el pasado mes de octubre me veo condenada a coger un tren cada día para ir al lugar donde estudio. Lo tomo como algo positivo porque 50 minutos de ida y 50 de vuelta dan para mucho. Me encanta observar. Miro a la gente que va a trabajar, la gente que va de compras, la gente que duerme...

De aquí podeis extraer el porqué de la dirección de mi blog: soy la chica del tren, la chica que cada día coge el mismo tren.
Hay una canción de un grupo llamado Extremoduro, al que supongo que todos, o casi todos, conocereis que dice: "y pasar la vida entre andenes"... Pues bien, tras estos primeros meses, y viendo todos los que me quedan por delante he comprendido que la mayor parte de mi vida se va a desarrollar así, entre andenes (de ahí el título de este intento de blog).

El tren que cojo cada día desde la primera hasta la penúltima parada, es ya parte de mi. Su gente, gente a la que ya considero cercana, y que si por mi fuera saludaría con una sonrisa diaria, pero claro no lo hago porque me tomarían por loca. La mayoría de cosas que cuente aquí seguramente habrán pasado por mi cabeza durante uno de estos trayectos y por eso cada entrada será una parada en este viaje que comienzo.

No trato de escribir cosas magníficas y que mi blog se convierta en algo revolucionario, porque no creo que eso suceda. Trato únicamente de expresar mis ideas, opiniones y a la vez, saber las vuestras, si esque así lo decidís. Sin más hemos llegado al final de la seguda parada. Hasta el próximo destino.