domingo, 25 de enero de 2009

Primera parada.

siCada vez que pienso se inunda mi cabeza de palabras, gestos, silencios, que poco a poco trato de ordenar para conseguir que formen algo lógico y relacionado con el objeto de mi acción pensante.
Eso ocurre siempre, mi cabeza da vueltas en busca de razonamientos lógicos y útiles, para mi en el momento que necesite de ellos. Pero lo que no ocurre siempre es que esas conclusiones tan añoradas sean encontrados por mi cabecita loca.
Desde pequeña, desde muy muy pequeña, mi cabeza ha creado, transformado, razonado, cambiado, eliminado (y cualquier participio acorde) pensamientos, historias y demás sin un objetivo concreto. Cuando no tengo mucho que hacer, o lo que tengo que hacer no me interesa demasiado, se acciona, sin que yo lo ordene, ese trocito de mi al que tanto le gusta dar vueltas a las cosas, buscar diferentes soluciones a un mismo problema, encontrar que una sola cosa puede, decorandola un poco, ser mil más diferentes, saber que mi imaginación y yo formamos un buen equipo.
Sé que nunca dejaré de utilizar mi coco, ya que él no es
sin mi y yo solo soy con él...