jueves, 10 de septiembre de 2009

Finito

A veces son solo frases. A veces solo palabras. A veces susurros. A veces silencio. Lo que te llena nunca es lo mismo. Quizás pasas horas callada y hace un hueco mayor en ti que cualquier enrevesado discurso. Quizás sin proponérselo alguien te alegra el día. Quizás lloras sin porqué. Normalmente piensas que tus días son todos iguales. Un calco del día anterior y también del próximo. Y siempre sueñas con que un día las cosas cambien. Y un día te sorprendes, el día más normal, el más igual al resto de días te sorprendes. Gritas. Corres. Vuelas. Puede que ni lo notes. Que tras el tiempo digas: pasó y no me di cuenta. No lo aproveche. Pero piensas: sucedió, es lo que cuenta. Ahora bien. Exprimir las cosas, los momentos, puede ser “guay” pero sabes lo que ocurre, que al exprimir algo se agota. Y lo finito, tiene eso, que termina.