lunes, 31 de mayo de 2010

5 lunares.

Y conseguiste que aún me interesara más por ti. Con conversaciones normales, miradas marcadas en un punto, miradas distintas, miradas... Conseguiste que mi ración de realidad fueras tú.
Y conté los lunares de tu cuello, y los miré, de lejos, y sentí unas ganas locas de tocarlos con mis dedos. Luchar por escuchar lo que dice, y disimular, porque no puedo oirle si no es leyendo sus labios. Despiertan mis ganas de abrazarle. Se matan las ganas de rendirme. Pero no puedo dejar de pensar que es efímero, que terminará, y que puede que mi ilusión supere mi realidad.
Me ilusiono con cosas normales, pero que vengan de él. Y ahora pienso, que él es mi droga más adictiva, y ahora creo que todo es por él.

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